palloza cebreiro

¡Comienza una nueva aventura! partimos desde León, por lo que nos esperan los últimos 300km del Camino de Santiago Francés en grupo. En seis etapas llegaremos al kilómetro cero, la Plaza del Obradoiro, atravesando los páramos leoneses y las montañas del Bierzo y los angostos Ancares lucenses. ¡Nos quedan duras jornadas para descubrir juntos el Camino!

 

Puente de Orbigo

En esta ocasión somos un grupo reducido y también muy bien avenido. Comenzamos esta aventura en la que nuestros compañeros aunarán en grupo sus fuerzas para llegar a Santiago. Con ganas de empezar y un cierto nerviosismo (como es de esperar) comenzamos el Camino de Santiago en grupo.

Madrugamos un poco para así evitar las horas más duras de sol, ya que se presenta una jornada calurosa por delante. Salimos del hotel juntos, para alcanzar las flechas del Camino y seguirlas hasta el centro pasando por la Catedral de León. Debemos sacar la obligada foto con la fachada de la Catedral y sellar nuestra credencial en la Catedral de León. Poco a poco dejamos atrás la ciudad de León para llegar a la Virgen del Camino.

Escogemos la variante de Villar de Mazarife por su belleza, a pesar de aumentar en varios kilómetros la etapa, merece la pena recorrer los páramos leoneses con sus impresionantes paisajes y sus tierras de cultivo.

Desde el espectacular Puente de Órbigo hacemos una parada de rigor, ya tenemos el final de etapa en Astorga a tiro de piedra. La primera jornada sin sobresaltos resulta una buena toma de contacto para las venideras etapas.

 

 

cruz de ferro

La segunda jornada se encrudece, entramos en el Bierzo y hay que recorrer sus montes, tenemos la dura subida a la Cruz de Ferro por delante, punto más alto del Camino Francés 1550m. Después de un buen desayuno en el hotel, comenzamos la etapa. La salida de Astorga y los primeros kilómetros resultan sencillos, a medida que nos acercamos a Rabanal del Camino el desnivel aumenta paulatinamente.

Hacemos una pequeña parada en Rabanal de Camino antes del ascenso, tomamos un tentempié y comenzamos el duro ascenso hasta la Cruz de Ferro. Lo realizamos por carretera sin prisa pero sin pausa, sin grandes porcentajes en los desniveles pero sí constante y siempre tendida no da respiro a las piernas.

Casi sin esperarlo aparece la Cruz en el horizonte, erguida encima de su gran “milladoiro”, piedras dejadas una a una a lo largo de siglos por los peregrinos que con ellas dejan sus pecados. Con nuestra pequeña aportación al milladoiro, continuamos la bajada al Acebo dejando atrás nuestros pecados con unas impresionantes vistas.

Desde el Acebo, pintoresco pueblo de montaña, reponemos fuerzas para continuar bajando hasta Molinaseca. Donde cruzamos el puente medieval y después del último esfuerzo llegamos a Ponferrada a tiempo de visitar el Castillo de los Templarios.

 

 

Ponferrada

Al fin llega la etapa reina, la subida hasta O Cebreiro no deja a nadie indiferente. No solo por su dureza sino por las vistas que nos regala. Salimos de Ponferrada para poco a poco encontrarnos ya con subidas con un porcentaje considerable. Sin grandes desniveles acumulados pero sin tregua llegamos a Villafranca del Bierzo. Un breve receso para comer un poco, es sabido que nunca amarga un dulce, y sin mucha demora continuamos ya, pues amenaza la lluvia y el tiempo apremia.

En Herrerías comienza nuestra cruzada, sin parar emprendemos la subida cada uno a su ritmo, las nubes se ciernen sobre nosotros y no hay tiempo que perder. Nos espera un implacable ascenso de unos intensos 7 km., vamos alternando rampas del 20 y 25%, a tal punto que metidos en veredas ya consideramos adecuado descansar en las inferiores al 15%.

Comienza a lloviznar pero ya no nos preocupa, solo llegar a la cumbre importa. Con disciplina y constancia se alcanza la cumbre, entre niebla, llovizna y euforia entramos en el místico Cebreiro. Después de semejante gesta una ración de pulpo o un caldo gallego calientan el alma a cualquiera. Una vez reposada la comida nos desplazamos al hotel, para un merecido descanso antes de una buena cena.

 

 

 

Quizás la etapa más sencilla del Camino, aunque después del esfuerzo del día anterior, se agradece lo breve. Partimos desde O Cebreiro y con un clima casi invernal, sin dudarlo nos aferramos a la bici para emprender la marcha sin perder el tiempo. Pasamos al lado de las típicas pallozas donde inmortalizamos el momento antes de espabilar el frío con las subidas a Herrerias, Padornelo y coronar el alto de O Poio.

La bajada a Triacastela es una panorámica de 15 km., nos dejamos llevar acompañados por el monte Oribio. Un café bien calentito en Triacastela y continuamos el Camino de Santiago, con el grupo ya un poco dividido, señal de la dureza y el cansancio acumulado.

Dura subida a San Xil, transitando entre castaños y pueblecitos alcanzamos Sarria a una hora muy prudente para comer un pulpo a feira y poder pasear por la villa conociendo sus rincones y sus bares.

Cebreiro

Nos espera Melide, la etapa más larga, recorreremos unos 65 km. con un incesante sube y baja que no da tregua a nuestras ya maltrechas piernas.

Parada obligada en Portomarín, pueblo anegado en los años 60 por el embalse de Belesar, en el que los vecinos trasladaron la iglesia piedra a piedra a la montaña adyacente. Desde Portomarín continuamos el duro ascenso hasta Ventas de Narón, donde reponemos fuerzas en el pequeño pueblo y ya con las pilas cargadas continuamos hacia Palas de Rei sin dilaciones.

En Palas las ganas de llegar a destino no dejan parar y se continúa a ritmo alegre dirección Melide. Pasando entre bosques típicos de robles y castaños centenarios llegamos al puente que da la entrada en Melide.

Un último esfuerzo y etapa superada, llegamos al hotel. Cansados, pero no hay tregua, una ducha rápida y a conocer Melide sin dejar de degustar su gastronomía.

 

Al final el tiempo nos acompaña, salvo el impás del día de la subida a O Cebreiro. Hoy nos levantamos de nuevo con un sol espléndido y una temperatura adecuada sin excesivo calor ni frío.

 

 

¡Se acerca la llegada a Santiago! Salimos con muchas ganas, nos espera una etapa rompe-piernas que no se puede hacer esperar. Pasamos por Arzúa donde en un breve impás tomamos un café que nos estimula para continuar dirección Santiago, ya queda menos.

Continuamos cada uno a nuestro ritmo, el cansancio acumulado ya hace mella. En Amenal hacemos una parada, donde reponemos fuerzas para afrontar la subida más dura de la etapa. Sin prisa y con buena letra acometemos la subida, muy dura pero ya vemos factible cualquier rampa, después de los porcentajes de O Cebreiro hemos cambiado nuestro criterio. Más tarde continuamos ya por asfalto y con menor desnivel el último ascenso, la subida al Monte do Gozo.

Siempre llena de orgullo coronar el Monte do Gozo, y divisar Santiago de Compostela al fondo. Emprendemos la bajada y ya en la ciudad, los últimos kilómetros se nos hacen eternos, estábamos ansiosos por llegar a la Catedral. Al fin llegamos al centro histórico de Santiago, Patrimonio de la Humanidad, pasamos por la Plaza de Cervantes, dejando a la derecha San Martín Pinario ya podemos oír los gaiteros. Incrédulos llegamos a la Plaza del Obradoiro. Entramos llenos de júbilo y orgullo, lo hemos conseguido. Ha sido duro, pero lo logramos etapa a etapa superamos con éxito los escollos y aquí estamos al fin, frente a la Catedral de Santiago. Al mismo tiempo también nos encontramos un poco contrariados, hemos llegado al fin de nuestro Camino y a nuestra despedida. Un poco tristes por terminar la aventura, nos alivia saber que nos llevamos un trozo del Camino con nosotros.

 

El pase de diapositivas requiere JavaScript.

 

Aquí llega el fin, que no es más que el comienzo de este Camino de Santiago en grupo.

 

También puede interesarte:

Camino Organizado en Grupo y en Bici (II)

Camino Organizado en grupo y en Bici (I)