5 famosas leyendas de Sevilla

Sevilla

 

Romántica y especial, Sevilla esconde leyendas y mitos que cuentan historias de héroes, hermosas damas, corazones rotos y galantes mujeriegos, fábulas antiguas que puedes descubrir pedaleando en bici por las calles de la ciudad. Así es nuestra ciudad de partida para nuestro viaje por la Vía de la Plata

Leyendas e historias de Sevilla

La leyenda de NO8DO

Tal vez verás esta señal muchas veces en Sevilla, en la calle, en una bandera o en lo que sea … Bueno este es el lema oficial del escudo de armas de Sevilla. La leyenda dice que este es un jeroglífico combinando las sílabas españolas (NO y DO) y un dibujo como un 8 en el medio. El 8 se supone que representa una madeja de hilo. Cuando se lee en voz alta “no-madeja-do” (que suena como “No me ha Dejado)” quiere significar la fidelidad de los habitantes de Sevilla al rey Alfonso X El Sabio, cuando el infante Sancho IV de Castilla trató de usurpar el trono de su padre, pero la gente se mantuvo leal al rey.

La leyenda de Don Juan

En el barrio de Santa Cruz (antiguo barrio judío), y más precisamente la Plaza de los Venerables, se cree que fue el lugar de nacimiento de Don Juan Tenorio, el galante y conquistador personaje de ficción cuya historia ha sido contada muchas veces por muchos autores.

Como probablemente ya saben, Don Juan es un inescrupuloso galán que disfrutaba seduciendo mujeres y peleando con hombres. Un día, en un cementerio, Don Juan se encuentra con una estatua de Don Gonzalo, el padre muerto de una niña que había seducido, Doña Ana de Ulloa. Invita entonces a cenar a la estatua y ésta acepta de buena gana. El fantasma del padre llega para la cena en casa de Don Juan y, a su vez le invita a cenar con él en el cementerio. Don Juan acepta y va a la tumba del padre, donde la estatua pide de estrechar su mano. Cuando el Tenorio extiende su brazo, la estatua lo agarra y lo arrastra al infierno.

Ahora, en la Plaza de los Refinadores, se puede admirar una elegante escultura de Don Juan.

Sevilla - Vía de la Plata

La leyenda de Don Pedro el Cruel

El rey Pedro (llamado el Cruel, pero también el Justo) reinó en de Castilla y León desde 1350 a 1369. En Sevilla hay una calle llamada Cabeza del rey don Pedro, y este es el motivo…

Se dice que una noche el rey caminaba por las calles de Sevilla, solo y de incógnito, ya sea en la búsqueda de un “asunto del corazón”, o para poner a prueba la afirmación del alcalde, Domingo Cerón, que ningún crimen cometido en las calles de la ciudad quedaban sin castigo. En el curso de la noche se vio envuelto en un altercado con un extraño, se deseinvainaron las espadas y Pedro mató al extraño.

Durante el curso de la lucha una anciana, despertado por el ruido, llegó a su ventana, y por la luz de una vela, vio a los hombres que luchaban y el sorprendente golpe fatal. Mientras Pedro se daba a la fuga, la anciana dejó caer la vela en la calle.

La siguiente mañana llegó a oídos del rey, que un noble de la casa de Guzmán, que apoyaba el derecho al trono del hermanastro bastardo de Pedro, Enrique, había sido asesinado, y que se había encontrado un testigo del crimen.

Cuando el rey entrevistó a la anciana, se dio cuenta por su descripción que él era el asesino. Después de haber prometido que el asesino sería encontrado y su cabeza colgada, al rey se le presentó un dilema. Sin embargo, poco tiempo después, presentó una caja, que contenía, según dijo, la cabeza del asesino, para ser colgada en la pared donde se había producido la muerte.

Cuando Pedro murió la caja se abrió, y se encontró que contenía un busto de yeso de su cabeza. La calle fue renombrada “Cabeza del Rey Don Pedro” como un recordatorio de su duplicidad, y la calle contigua se convirtió en “Candilejo” (vela) por la luz que había revelado el crimen a la anciana.

La leyenda de Susona

En el barrio de Santa Cruz, detrás de la catedral, que en tiempos medievales era el barrio judío de la ciudad, escondido en una pequeña plaza entre la Plaza de Doña Elvira y la calle Agua (la calle junto a la antigua muralla), se encuentra el escenario de una de las historias populares más antiguas de Sevilla, la leyenda de Susona Ben-Suson.

La historia tiene lugar en el año 1480, en los últimos años de la comunidad judía en Sevilla. En ese momento, muchos judíos ya se habían convertido al cristianismo, pero la sospecha de que estos conversos no lo eran en verdad, había conducido a la creación de la Inquisición española, encargada de acabar con la herejía y la disidencia religiosa donde quiera que se encontraba. Don Diego de Susona, un rico comerciante, era uno de esos conversos, y alarmado por la amenaza, convocó a una reunión secreta de prominentes conversos para discutir la posibilidad de una insurrección armada.

Su hija Susona, sin embargo, tenía un novio cristiano, un joven noble, que temía sería puesto en peligro por un levantamiento, entonces le reveló el complot. Su novio informó rápidamente a las autoridades, y los conspiradores fueron debidamente arrestados y llevado ante la Inquisición, juzgados y ejecutados.

Aquejada de remordimiento, Susona nunca más salió de su casa, y cuando murió, hizo colgar su cabeza fuera de la casa como un testimonio de su dolor. Durante más de un siglo, hasta bien entrado el 1.600, la cabeza permaneció en dicho lugar, dando lugar al nombre de Calle de la Muerte.

Tiempo después se colocó un azulejo con una calavera y se cambió el nombre de la calle, por el de Susona, que todavía permanece. Posteriormente se instaló un gran azulejo que relata la historia de la joven.

La ópera Carmen

La famosa historia de Carmen nació en Sevilla. Carmen era una joven que vivía en la calle Betis (barrio de Triana) y trabajaba en la fábrica de tabaco. Estaba enamorada de un sargento llamado José. Un día, el sargento detuvo a unas personas durante una pelea en el barrio, pero dejó escapar a Carmen, lo que sería castigado con su degradación. Carmen se dio cuenta de que sería su culpa si él perdiese los galones, y lo animó a los rebelarse. Pero entonces ella se enamoró de otro hombre, un torero, y José cegado por los celos, acabó con la vida de Carmen.

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